El régimen cubano no se casa con nadie y una prueba más de sus tentáculos sin sentido es la retirada de la credencial de prensa al corresponsal de El País y de la Cadena Ser, Mauricio Vicent, que lleva 20 años viviendo e informando de todo lo que pasa en la isla puntualmente.
Como ya ha ocurrido con anterioridad con otros informadores “non gratos” para el régimen, el periodista fue llamado para que se presentase en el Centro Internacional de Prensa, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, y allí le dijeron que su credencial de trabajo ya no iba a ser renovada.
El Gobierno que dirige Raúl Castro, después de que su hermano Fidel delegara en él por enfermedad hace varios años, argumenta esta decisión porque Vicent -después de ejercer su labor periodística en Cuba desde hace 2 décadas- ha demostrado poca ética periodística en sus últimas crónicas y ha lanzado una imagen parcial y negativa de la realidad cubana.
Al parecer, su forma de tratar cuestiones como la de los opositores cubanos, las Damas de Blanco o dar voz a la bloguera Yoanis Sánchez no ha gustado nada al gobierno cubano.
Sin embargo, en la edición digital del El País podemos leer la defensa a ultranza de Vicent del que destacan su completa “profesionalidad, imparcialidad y equilibrio” a la hora de informar y consideran que la retirada de esa credencial es un claro “atentado contra la libertad de expresión e información“.
Desde El País aseguran que el régimen cubano está demostrando una auténtica incapacidad para comprender el papel de los medios de comunicación, en particular de los extranjeros.
A partir de ya, Vicent ya no puede seguir informando desde Cuba, tiene prohibido expresamente publicar más crónicas desde la isla.
Ya han mostrado su rechazo más enérgico la Federación de Asociaciones de Periodistas de España y Reporteros sin Fronteras que exigen al gobierno cubano que rectifique y que le devuelvan la acreditación. Las gestiones realizadas por la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiméndez, no han servido para nada.