Lo suyo fue tentar a la suerte: conducía su Audi A3 de forma negligente por la avenida de Buenos Aires de Ourense y se paró a increpar a una patrulla de la Policía Local que estaba retirando con la grúa un coche estacionado en un vado. Con evidentes síntomas de encontrarse bajo los efectos del alcohol, los agentes sometieron a este conductor de 33 años a la prueba de alcoholemia, casi triplicando la tasa permitida.