El Auditorio va a marchas forzadas y en plazo. Alrededor de 150 obreros trabajan a diario, en jornadas de apróximadamente 10 horas, para que el telón se pueda subir en la representación programada para el 1 de enero de 2011. El propio Alcalde, acompañado por el arquitecto César Portela, recalcó en una visita a la obra que todo va según el calendario fijado a pesar de la huelga del metal, que lo había retrasado.
El cuerpo técnico reconoce que de un tiempo a esta parte se les está “apretando” y que es habitual que les den las 11 de la noche, además, los sábados por la mañana también suelen trabajar. Todos luchan para que llegue en plazo y están convencidos de que,tal y como van las cosas, lo van a conseguir sin problemas. De hecho, la estructura del hotel está finalizada y ya han empezado los trabajos de albañilería, en el garaje están poniendo las instalaciones (electricidad, ventilación…).
La estructura del Auditorio se encuentra al 80%, pero la parte que resta, los palcos y parte del patio de butacas, es la más complicada debido a la inclinación y altura que presentan. Parte de la dificultad estriba en que este encofrado, al tratarse de formas curvas, está hecho a base de cimbras (armazón de madera metálico u otro material, que sostiene provisionalmente el peso de un arco, bóveda o cualquier otra estructura, durante el proceso de construcción de la misma). Aunque a simple vista hoy se ve más alto el hotel (28 metros) hay que tener en cuenta que el Auditorio llegará a los 32 metros, de hecho, esta Navidad estiman que estará finalizada su estructura.
Aunque los técnicos señalan que es difícil estimar un porcentaje de lo que falta de obra, calculan que al Auditorio le puede restar “entre un 40 y un 50%”. Su arquitecto, César Portela, acude semanalmente para supervisar los trabajos.
- La mayoría de los obreros son portugueses
En las obras del Auditorio se habla mayoritariamente portugués, aunque a medida que se incorporen más oficios (albañilería, carpintería…) esta proporción variará en favor de los gallegos, además, en ese momento (a partir de enero de 2010) el número de trabajadores podrá llegar a superar los 200. Prácticamente todos los encofradores vienen del norte de Portugal, ellos son quienes llevaban el peso de la obra hasta ahora. El sueldo que ganan “varía mucho de uno a otro” . “Ojalá ganase mil euros”, dice un obrero luso que se niega a revelar su sueldo.
Confiesa que trabajan “alrededor de 10 horas diarias” y ocasionalmente “algún sábado”, pero ya se hacen todos a la idea de que más adelante aumentará aún más la jornada laboral. La empresa les da alojamiento en la ciudad y el fin de semana aprovechan para irse a su casa. A la una de la tarde se pueden ver como los recogen en furgones para llevarlos a comer, para ello tienen hora y media.
Muchos técnicos vienen de otras comunidades de España y en enero de 2011 esperan regresar a su hogar, “si nos retrasamos igual nos mandan antes”, bromean.