Un compañero gráfico, que además es lector nos escribe estas líneas sobre la reunión entre el alcalde y la presidenta del Puerto: “Mira que llevo tiempo en esto y he visto casi de todo: me he quedado encerrado en la sala de Juntas del Concello durante una reunión porque unos manifestantes no nos dejaban salir, he pasado varias huelgas del Metal, he visto Plenos en los que los concejales se insultaban, peleas de vecinos, he ido a sucesos con heridos, he asistido a reuniones a cada de perro, pero lo de la cita entre Corina Porro y Abel Caballero me ha sorprendido. No había visto una frialdad mayor en ningún sitio, Corina apenas contestaba con monosílabos a las palabras del alcalde, no quería mirarlo, ni darle la mano (mucho menos un beso), no le miró a los ojos…destilaba indiferencia. Iba allí porque tenía que ir y no quedaba más remedio. Caballero no estuvo mejor: intentó pasar el trago con un par de chistes y, como ha dicho Chema Figueroa, se llevó a la concejala Raquel Díaz para no quedarse solo con Porro. Estaba nervioso, incómodo, sin rastro de la seguridad que tiene en sí mismo y, lo curioso es que todo eso sale perfectamente reflejado en varias fotos, ninguna de las cuales, claro, me han dejado publicar”
Un encuentro más frío que la nariz de la momia de Lenin
Un compañero gráfico, de otro medio, ha dejado la cámara y ha escrito este texto sobre la impresión que tuvo sobre la reunión entre Corina y Abel Caballero el lunes en el despacho del alcalde.