Su Citroën Xsara acabó en el mar, a 6 metros de profundidad y teniendo que ser localizado por unos buzos. Era el coche de uno da los vigilantes de la Cofradía de Cabo da Cruz y presuntamente, los mariscadores furtivos fueron los que lo tiraron del puerto de Rianxo,
Su propietario lo había dejado aparcado con el freno de mano puesto y una marcha metida, ayer antes de empezar su turno. Esta mañana, cuando fue a buscarlo para volver a casa, sobre las 6 y cuarto de la mañana, descubrió que no estaba en su sitio, por lo cual avisó a la Policía. Ésta, conociendo los problemas que hay entre los vigilantes de la cofradía y los furtivos (que han sido amenazados de muerte y apedreados en varias ocasiones), avisaron a los bomberos de Ribeira cuyo equipo de buceadores encontró el coche en el fondo del Puerto. El mismo fue izado con una grúa.