El Fermi, que debe su nombre al físico Enrico Fermi, uno de los padres de la energía atómica, ha proporcionado una medida que constituyó una prueba empírica sobre las teorías de la relatividad y de la unificación del tiempo y el espacio, tal y como las enunció Einstein hace más de un siglo.
Básicamente esas teorías se refieren a concepto del tiempo en relación con los cuerpos y la velocidad de la luz. Según el modelo de Einstein, toda la radiación electromagnética, incluyendo las ondas de radio, la luz infrarroja, la luz visible, los rayos X y los rayos gamma, se desplazan por el vacío a la misma velocidad.
El 10 de mayo de este año, el telescopio Fermi y otros satélites detectaron un destello de rayos gamma la explosión ocurrió como resultado de la colisión de dos estrellas neutrónicas y los estudios mostraron que ese fenómeno ocurrió en una galaxia a 7.300 millones de años luz de la Tierra. De los muchos fotones de rayos gamma detectados por Fermi durante el destello que tuvo una duración de 2,1 segundos, había dos cuya energía era totalmente diferente.
Sin embargo, tras desplazarse más de 7.000 millones de años, el par de fotones llegó con una diferencia de apenas nueve décimas de segundo. El director del proyecto, el profesor Michelsen resumió así lo que había pasado «estos dos fotones viajaron a la misma velocidad, tal y como teorizó Einstein”.