CITRI Q. Kurt Rosenwinkel es sin ninguna duda uno de los mejores músicos de su tiempo, uno de esos músicos con una voz tan personal que acaban marcando una época.
Este joven guitarrista americano proviene del Jazz, pero es evidente que su música trasciende este estilo y se situa en un lugar donde realmente no importa demasiado como se llame lo que suena. Deep Song es un disco inclasificable, simplemente genial. Después de varios discos de standards, en formato trío (East Coast Love Affair) y cuarteto (Intuit), Kurt inició con The Next Step la búsqueda de su propio sonido y el resultado fué sobresaliente. Pero Deep Song añade una nueva dimensión a su música y a su sonido, es uno de esos discos que te obsesiona, que no puedes dejar de oir, que necesitas comprender.
Corre el año 2005 cuando Kurt, con una gran carrera ya a sus espaldas, reune un quinteto con Ali Jackson y Jeff Ballard a la batería, Brad Mehldau al piano, Larry Grenadier al contrabajo y Joshua Redman al saxo (sustituyendo al habitual Mark Turner). Probablemente la presencia del piano da a Kurt y a su música mayores posibilidades a la hora de arreglar los temas. Deep Song es un disco de música original excepto por la personal versión del standard If I Should Lose You y Deep Song, y las composiciones de Kurt son siempre sorprendentes por su perfecto equilibrio entre belleza y modernidad. Y claro, que vamos a decir de la interpretación, magistral como era de esperar de estos músicos. La sección rítmica camina como muy pocas, Mehldau como siempre perfecto al piano, e incluso Redman tiene momentos muy notables. Cuando escucho un disco así siempre me pregunto cómo se puede llegar a tal grado de acoplamiento haciendo una música tan nueva y diferente a todo. El disco contiene temas de gran pegada rítmica (The Next Step…), baladas muy frágiles (Use of Light…) y temas con melodías tan etéreas y un groove tan hipnótico que te pueden hacer viajar por el espacio. En el vértice superior de esta pirámide está sin duda Kurt, con un sonido arrollador, un tempo espectacular y sobre todo una capacidad inquietante para improvisar líneas que van desde la belleza más suprema hasta la disonancia más abrupta sin que ni siquiera puedas distinguir una de otra.
En mi opinión, uno de los mejores discos de los últimos diez o veinte años. Y seguro que con este disco y con todo lo que ha hecho Kurt Rosenwinkel en los últimos años la historia le guardará un sitio junto a los grandes. Claro, si eres guitarrista ya estas tardando en escucharle, sin duda uno de los grandes con Motgomery, Hall, Scofield, Metheny…
Si eres de los que creen que ya está todo inventado en música tienes que oir esto.