Los números rojos de las minas europeas podrían seguir tapándose con ayudas de Bruselas hasta 2018, cuatro años más de lo previsto. La Comisión Europea aprobará esta tarde la prórroga, que afecta sobre todo a las minas alemanas del Ruhr, del noroeste de España y del valle del Jiu en Rumanía. En el lado opuesto se sitúan las minas de carbón de Polonia, todavía rentables.
Sin embargo, las ayudas se irían reduciendo de forma paulatina hasta un 33% en los próximos 15 meses para no desfavorecer a los competidores que operan sin ayudas. La Unión Europea importa más de la mitad del combustible que utiliza en sus minas de carbón, un material del que la demanda ha bajado en 147 millones sólo en 2008.
En Europa, el sector del carbón da trabajo a unas 100.000 personas entre industria y auxiliares. En España, uno de los principales productores europeos, el 25% de la electricidad se produce a partir de la combustión de carbón. A nivel mundial, los mayores productores son China, Estados Unidos, India, Australia y Rusia.
Mientras, en Galicia las protestas se suceden por la aprobación del real decreto del carbón, que prima el material autóctono y que se presume que reducirá unos 10 millones de euros en los ingresos, hasta 20 si se cuentan con el gasto para la adaptación de las instalaciones al consumo de carbón extranjero. En cambio, las minas asturianas estaban detrás de la ampliación de las ayudas hasta 2018.