Un vecino de Pontevedra ha aceptado una pena de dos años y medio de prisión por haber intentado quemar el bar de su cuñado. Francisco P.V. reconoció que había comprado dos litros de gasolina para prenderle fuego al local, situado en la calle Barón, la noche del 5 de septiembre del año pasado.
Francisco, que aquel día había discutido con su cuñado, salió del café tras un cruce de insultos, fue a una gasolinera de O Burgo, compró dos litros de gasolina, que se llevó en una bolsa de las que entregan los empleados de los surtidores a conductores que se han quedado sin carburante, y volvió al bar.
Al ver cuál era su intención, dos personas que estaban en ese momento en el mismo, lo sujetaron e impidieron que encendiese un mechero que llevaba en la mano. Momento después, fue detenido por la Policía.