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Malabarismo sobre las 8 cuerdas y… buena música

Charlie Hunter y Leon Parker
Charlie Hunter y Leon Parker

CITRI Q. Charlie Hunter es un guitarrista americano que ya hace unos años decidió complicarse un poco la vida y pasarse a un instrumento que podemos considerar híbrido entre la guitarra y el bajo. El instrumento en cuestión tiene cinco cuerdas de guitarra y tres de bajo con trastes oblicuos, lo que le da una apariencia realmente aparatosa. El objetivo era poder tocar bajo y guitarra simultaneamente, esto obligó a este joven guitarrista a reaprender todo de nuevo para poder ejercer dos funciones bien diferenciadas sin que se resienta ninguna. Y lo consiguió. Desde hace ya muchos años graba y toca con este instrumento su música, un híbrido también entre el jazz, funky, r&b… Pero el momento más espectacular quizás sea este disco titulado Duo en el que junto al baterista Leon Parker aborda algún standard y sobre todo temas originales. Al que lo escuche por primera vez le costará creer que solo hay dos personas tocando en directo, y probablemente ni prestará atención a ese detalle porque el nivel musical del disco es lo suficientemente potente compa para eclipsar todo lo demás. Es decir, esto no es solamente un ejercicio de malabarismo, esto es música de un gran nivel que además tiene el valor añadido de ser tocada a duo y con un personaje que te hace creer que bajista y guitarrista son dos personas diferentes, si no lo ves no lo crees. Muchas veces he escrutado este disco con algo de incredulidad y envidia para buscar los momentos donde la limitación del instrumento (o del humano), hacen ceder a la música… pues no los encuentro. Encontramos bajos caminantes sobre un solo de guitarra impecables, partes más funk perfectamente acompasadas y con mucho groove, baladas con mucho peso, calypsos…  Y ese sonido, más parecido a un órgano Hammond que a cualquier otra cosa (esa era la idea original de Charlie para este instrumento).

He de reconocer que tiemblo cuando me hablan de estos instrumentistas virtuosos malabaristas (Stanley Jordan y demás…), porque normalmente no es más que eso, un ejercicio baladí de virtuosismo. Con Charlie Hunter es diferente, de hecho yo me enamoré primero de su música y fué despues cuando descubrí el secreto de este friki (con cariño). Así que un aplauso a este tío por su música y por el increible esfuerzo que ha tenido que hacer para llegar a tocar un instrumento tan abominable como este.

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