Quieren que el juez permita que se les haga llegar agua y azúcar y que se garanticen unas condiciones básicas para que puedan seguir con su protesta. Por ello el sindicato UGT, al que pertenecen los cuatro trabajadores despedidos de Termavi que se encuentran encerrados en lo alto de dos grúas en el Puerto, han pedido en el juzgado de guardia que se cumplan estos requisitos.
También reclaman al juez que obligue a la empresa restablezca la electricidad para que puedan enchufar calefactores que les protejan del frío que llevan soportando casi dos días, desde que se encaramaron a lo alto de la estructura de 45 metros de altura. La empresa, según denuncia la central sindical, ha prohibido que se proporcione agua, cortó el fluido hace 24 horas y tampoco deja que nadie se acerque al guindaste. Incluso exigen que, dado que los despedidos han iniciado una huelga de hambre, se desplace hasta su encierro un médico que compruebe su estado físico y les prescriba, si es necesario, los medicamentos que sean necesarios para proteger su salud.