El ensayo Catalunya ha deixat de ser catòlica? (¿Cataluña ha dejado de ser católica?) de Jordi Serrano, rector de la Universitat Progressista d’Estiu de Catalunya, puede añadir más base a la polémica que rodea la religión en España. El mismo, publicado estos días, incluye una copiosa relación de datos que reflejan un cambio en los hábitos religiosos, especialmente entre los más jóvenes, entre los que el catolicismo habría pasado a ser una práctica minoritaria.
Llaman la atención los resultados que comparan la religiosidad en 1970 con la actual: si hace 40 años el 87% de los españoles se declaraba católico practicante y otro 9% católico no practicante, ahora esos porcentajes se han reducido al 36,3% y al 37,5%, respectivamente, y en Cataluña, aún más, al 18,7% y al 48,4%. Del mismo modo, los no creyentes han pasado del 2% de 1970 al 19,7% en España.
En aquella comunidad, desde 1980 al 2007, el número de católicos practicantes ha pasado del 33,8% al 18,7%, unos 15 puntos menos. De las comparaciones entre comunidades se desprende que Cataluña es la más laica, junto con el País Vasco y las Baleares.
Matrimonios civiles e IRPF
Hay más datos que parecen señalar que este cambio es real. Los matrimonios civiles han crecido del 9,7% en 1983 al 62,8% en el 2006. La opción a favor de la Iglesia católica en la Declaración de la Renta bajó del 30,8% de 1991 al 13,7% en el 2002. El descenso del asociacionismo religioso, la caída del número de seminaristas o la reducción de alumnos que cursan la asignatura optativa de Religión en la escuela son otros elementos que se analizan en este estudio.
El análisis por sexos indica que la religiosidad sigue siendo más alta entre las mujeres. En España el porcentaje de mujeres católicas está 21 puntos por encima del de los hombres, una diferencia por género que tiende a desaparecer entre los jóvenes: los chicos que se declaran no religiosos o ateos son el 75% del total, y las chicas el 67%. Una encuesta entre jóvenes catalanes de 18 a 24 años indicaba hace tres años que un 87% no acudía casi nunca a misa, y no llegaban al 4% los que lo hacían semanalmente.