No dice que el auto que desestima el recurso de reforma contra la paralización de las obras sea una chapuza, pero no le falta mucho. La presidenta del Puerto ha difundido una nota en la que informa que se le ha notificado que no ha lugar a dicho recurso interpuesto contra la orden de detención de la ampliación de Areal. El mismo reconoce que la obra que debe paralizarse es la de ‘Mejora de la operatividad de los muelles comerciales, primera fase’ y no la Ampliación, como se señalaba “por error” en el Auto del día 7.
En opinión de Corina Porro, esta sentencia, que no es firme y que el Puerto puede recurrir ante la Audiencia Provincial en los próximos cinco días, “ hace puro seguidismo de la Fiscalía, cuya actuación es calificada por la juez en términos extremadamente elogiosos. Es decir, la resolución judicial podría, en realidad, haber sido dictada por la Fiscalía en idénticos términos“.
Porro lamenta que la misma “no argumente nada acerca de los graves perjuicios económicos” que conlleva la paralización de la obra para el Puerto, para la economía de Vigo y que no mencione el informe del Presidente de Puertos del Estado, aportado con el recurso por el Abogado del Estado, en el que informaba que la resolución ambiental estaba correctamente dictada.
La presidenta asegura que el Auto judicial no da réplica a los argumentos esgrimidos por la Abogacía del Estado y que “lejos de ello, y conculcando los más elementales principios del Derecho Procesal, amplía y agrava las acusaciones iniciales, haciéndolas indiscriminadamente extensivas a todos los órganos de la Autoridad Portuaria implicados en la tramitación del proyecto, en base a fundamentos que ni siquiera eran mencionados en la Resolución recurrida“.
Sin embargo, resulta contradictorio que, en la página 2, el A uto amplía las imputaciones y en la página 9 señala que no hay nadie formalmente imputado, lo que los responsables de la Autoridad Portuaria asegura que “refleja la falta de rigor del mismo“.
Corina Porro acaba la nota anunciando que se prepara ya el recurso de reposición y lamenta los gravísimos perjuicios que se van a ocasionar con una paralización que se estima en torno a cinco o seis meses.
