En plena lluvia de opiniones y actos por la fusión de las dos cajas gallegas, Caixanova sigue respirando tranquila gracias a sus cuentas. La entidad viguesa cerró el 2009 con una mejora en sus principales ratios de solvencia, con 4,2 puntos más que el mínimo legal exigido, que apuntan a una evolución muy favorable en el futuro.
El coeficiente global de solvencia de la caja se sitúa en un 12,2 por ciento, un 13% más que en 2008, y podría alcanzar el 14 por ciento en 2012. Esto deja a Caixanova con unos recursos propios en base consolidada de 2.878 millones de euros, lo que implica un superávit de cobertura de 1.020 millones.
Y la caja calcula que el beneficio obtenido en los próximos años sería suficiente para mantener la entidad en el escenario económico actual, con insolvencias y una morosidad ascendente.