Dormir hasta las 2 de la tarde el fin de semana si durante los días de diario se ha dormido poco, no vale para gran cosa. Es verdad que produce una sensación reparadora, pero el cuerpo no se recupera de la falta de descanso. Científicos del Hospital Brigham and Womens de Boston han estudiado los efectos de la pérdida de sueño a largo y corto plazo y descubrieron que las personas que no duermen lo suficiente de forma crónica, funcionan normalmente al levantarse, pero suelen experimentar reacciones o movimientos más lentos a medida que avanza el día, incluso si lograron dormir más la noche anterior.
La investigación tiene fuertes implicaciones en una sociedad cada vez más ajetreada, tanto para los trabajadores con horarios fijos como para los que duermen seis horas o menos cada noche. “Sabemos que mantenerse despierto 24 horas seguidas dificulta el comportamiento a un nivel comparable al del contenido de alcohol por encima del límite legal de conducción”, dijo el doctor y autor del estudio, Daniel Cohen. “Cuando las personas privadas de horas de sueño duermen de repente una noche completa, el cuerpo más bien experimenta de golpe una descompensación mayor” .
Se te olvidarán las cosas y serás más propenso a contraer enfermedades
Según los especialistas en trastornos del sueño, los adultos necesitan dormir de siete a nueve horas para gozar de buena salud. Dormir poco de forma regular aumenta el riesgo de sufrir pérdida de memoria, debilita el sistema inmunológico, está relacionado con el aumento de los casos de diabetes, con problemas cardiovasculares y afecta el tiempo de reacción estando detrás de un 10% de los accidentes de tráfico.
Depresión y ansiedad
A todo ello hay que añadir las conclusiones que han llegado, en sendos estudios neurológicos de la Universidad de Berkeley y la Academia de Medicina de Harvard sobre los efectos de la privación del sueño en las regiones cerebrales vinculadas a las emociones.
Los resultados indican que mientras una buena noche de descanso puede regular nuestro ánimo y ayudarnos a afrontar los desafíos emocionales del día siguiente, la privación del sueño hace todo lo contrario: “incrementa excesivamente la actividad en la parte del cerebro más estrechamente conectada a la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos“.