No es una fuente cibernética, y aunque estuvo una hora haciendo figuras ayudada por el viento que soplaba, no se movía al son de la música, ni cambiaba de color, pero era todo un chorro. La rotura de una cañería hizo que manase una considerable cantidad de agua entre los escombros de lo que queda de la Nave de Cableros en el Puerto. La misma se produjo sobre las 7 de la tarde y estuvo soltando agua hasta una altura de cinco metros hasta las 8.
Las obras de demolición que inició la Autoridad Portuaria el día 6 de este mes en esta zona han estado plagadas de incidentes. Dos días después de iniciadas, el Concello ordenó su paralización, el Puerto intentó negociar con el concejal de Urbanismo, pero no hubo acuerdo y tuvo que recurrir al juzgado para seguir con las mismas, con tan mala suerte que, mientras no había una decisión, los cruceristas del Oriana, que atracaron en Vigo el día 15 se encontraron con ese panaroma; finalmente, hace cuatro días, el juez, ordenó la retirada de los cascotes y la finalización del derribo, aunque dejando claro que, una vez que la zona quede limpia, la obra quedará suspendida,de nuevo, hasta que otro magistrado dictamine si autoriza su continuación.