Si habías sacado billete para ir en AVE a Oporto en 2013, mejor no estés ese año, ni el siguiente en el andén. Nadie va a anunciar su llegada por megafonía, al menos, hasta 2015. El gobierno portugués ha dicho hoy en alto lo que todo el mundo venía diciendo en bajo: retrasa dos años el enlace por vía férrea de alta velocidad con Vigo, un retraso que se aplica también a la conexión interna Oporto-Lisboa que, como muy pronto, no existirá hasta 2017.
Esto supone que, desde que si un niño nació el año que se anunció el proyecto de AVE entre ambas ciudades, tendrá unos 13 años cuando sea una realidad, es decir que podrá irse con sus compañeros de 1º de la ESO de excursión a Porto, entonces. Peor suerte han tenido quienes pasan de los 55 y tenían programado un viaje de trabajo: cuando la locomotora coja velocidad ya no estarán en activo.
Y es que los plazos, cuando se refieren al AVE y a Galicia, son como los niños; crecen y del 2013 que se aseguró, reiteradamente, y hasta hace sólo tres meses, que sería la fecha de apertura de la alta velocidad de la Eurorregión, hemos pasado al 2015…y que nadie pestañee.
¿Por qué este retraso? El ministro portugués de Finanzas aseguró que es necesario para contener el déficit de aquel país ya que, declaró Teixeira dos Santos, la inversión pública “que llegó a su máximo el año pasado”, irá reduciéndose los siguientes, eso sí, ese recorte no afectará a la unión Lisboa-Madrir, por Extremadura.
Pero el ejecutivo luso dio otra razón, el sacar a concurso el proyecto, que recorre 100 kilómetros en Portugal y 25 en España, y adecuarlo a los plazos indicados por el Ministerio de Fomento español desde donde se ha dicho que el tramo correspondiente a Galicia no estará listo hasta 2015.