Finalmente PP, PSOE y BNG no se pusieron de acuerdo para condenar o, siquiera, rechazar las declaraciones en las que Rosa Díez definió al presidente del Gobierno como “gallego en el sentido peyorativo de la palabra”. Díez, que no sólo se ha retractado o pedido disculpas, sino que ha tachado a quienes la criticaron como “censores de pacotilla”, no aparece en la declaración institucional, no se hace mención a la entrevista que concedió a Iñaki Gabilondo, en la que pronunció la mencionada frase, y tampoco se alude a su partido UPyD, cuyos militantes gallegos tampoco criticaron las expresiones de su líder.
Todo lo más, los 75 diputados del Parlamento de Galicia, dicen “el uso del gentilicio como apodo peyorativo, no sólo ofendió a miles de gallegos y a otras personas sensatas, sino que constituye un tópico no aceptable“. “Contiene un prejuicio xenófobo, inadmisible en un único marco de debate que cumple defender, el de las ideas”. No está confirmado si antes de entregárselo a la presidenta de la Cámara alguien le sacó la escarcha.