Mejora su cuerpo y realza su sabor. El CSIC y Bodegas Terras Gauda acaban de patentar un procedimiento de crianza biológica y anaeróbica de la uva que, en 50 días y usando una parte de las levaduras de la fermentación, aumenta la calidad del albariño.
Al terminar el proceso de fermentación, la levadura muerta cae al fondo del depósito y este método recoge una parte de estas ‘lías finas’ para mezclarlas de nuevo con el vino en un 2 por ciento durante un tiempo y con agitación controlada. Estos componentes son los que pasan al vino y potencian el sabor del vino. El método es similar a la clásica crianza biológica sobre levaduras, aunque se realiza mediante un moderno sistema con tanques de acero inoxidable que evitan la oxigenación de las barricas de madera y provoca que el vino pierda el carácter joven y afrutado.
Los estudios in vitro, las catas ciegas y el análisis instrumental de aromas han demostrado que la crianza anaerobia de los vinos en presencia de levaduras específicas contribuye de manera significativa a resaltar el carácter varietal, los aromas frutales y la percepción en la boca del albariño.