El aspecto frágil y acartonado del presidente norcoreano se debe a una parálisis parcial que padece desde que sufrió un derrame cerebral hace dos años. Además el dictador sufre un fallo renal que le obliga a someterse a sesiones de diálisis semanales. La noticia, que procede de Corea del Sur, no tendría mayor importancia si no fuese porque el dedo de Kim Jong Il puede ser el próximo que se pose sobre un botón nuclear, si finalmense te confirma que Corea del Norte tiene capacidad para producir armas atómicas.
Según el director del Intituto para la Estrategia de Seguridad Nacional surcoreano, la palidez de las uñas de Kim da a entender que el dirigente, de 68 años, tiene una enfermedad renal crónica. “Kim Jong Il padece diabetes y tensión arterial alta y creemos que está recibiendo diálisis regularmente”. Según laI inteligencia norcoreana, Kim pesaba 86 kilos antes de su infarto cerebral de agosto de 2008 y realizó una dieta que ha dejado su peso en unos 70 kilos, estado en el que se ha mantenido desde entonces.