Cuatro posibles socios estarían dispuestos a garantizar la continuidad de Alfageme, todos ellos grupos empresariales con demostrada solvencia en la gestión técnica y financiera. Se trata de una conservera gallega, dos grupos conserveros españoles y un grupo de inversores gallegos apoyado por un fondo inversor.
Pero tanto estos posibles socios como la Xunta tienen una condición: que el actual propietario salga del accionariado. La administración autonómica lo pone como requisito indispensable para avalar el proyecto, mientras que las empresas podrían acceder aunque la familia Lago se quedara como socio minoritario. Eso sí, ninguno de ellos está dispuesto a pagar por su salida.
Sin embargo, los actuales propietarios no se lo está poniendo fácil a nadie. Ahora la familia Lago quiere recuperar la inversión realizada en Alfageme a través de un convenio con los acreedores para que perdonen unos 20 millones de deuda. Tras tres años de pérdidas la empresa se encuentra en una situación financiera insostenible y casi todo apunta a un concurso de acreedores, rechazado ayer por el juzgado Mercantil de Vigo por defectos de forma que deberán solucionarse en apenas 5 días. Mientras, la Xunta intentará recuperar o no llegar a pagar los 30 millones de avales concedidos a Alfageme en 2008 y 2009.