En todo este proceso de fusión, absorción, unión o contrato entre Caixanova y Caixa Galicia nadie se ha molestado en explicar a los clientes de ambas entidades qué salen ganando y qué pierden. No estaría de más que la conselleira de Facenda o los responsables de ambas entidades comentasen a los dueños de los más de 77.000 millones de euros que administran qué pasará con su dinero.
Podrían disimular, así, haciendo que están más preocupados por sus electores y clientes que por mantener su punto de vista o sus puestos en los consejos de administración, que es lo que parece. También parece que a otros políticos con menos responsabilidades, que se devanan los sesos para seguir en primera línea de la información, les interesa bien poco la opinión de la peña, o sus ahorros, a no ser que pueda llevar una bandera y caminar, o se niegue a hacerlo o, Dios la bendiga, se moleste en dejar su opinión, si puede ser con mala leche, en Twitter, Facebook y todo blog que se mueva.
Esto es mucho más rentable que poner la oreja y escuchar lo que opina la tía Engracia, que tiene un capitalito en la oficina de O Calvario, Paco, que está pagando un crédito que pidió para ampliar la zapatería, o el dueño del 51% de Piezas al Extranjero S.A. que le debe la camisa a Caixa Galicia, los gayumbos a Caixanova y la americana que se pone para ir a recibir a los alemanes a Peinador, al Banco Pastor.
Ese runrún no le mola a nuestros representantes porque puede resultar que la fusión nos beneficie o lo haga el que no se realice, y eso de la galeguidade y la ’presencia en el panorama financiero europeo’ o que tengamos la cuarta, la quinta o la septuagésima caja del Estado, ya no nos parezca más urgentísimo de la muerte que pagar la hipoteca o sacarle otros 200 euros más a la pasta que nos ha costado años reunir.
Por eso nadie se ha sentado delante de una cámara de televisión con una libreta y un lápiz y se ha tomado en serio el capitalito de la tía Engracia, al que podría sacar más o menos, según haya fusión o no, o el crédito de Paco, que podría ser más caro o más barato, o todo lo que debe el de Piezas al Extranjero, al que podría venirle mejor que la chaqueta o los gayumbos fuesen suyos o siguiesen siendo, junto con los calcetines, de esas entidades tan gallegas, solventes y bien gestionadas.
Ahora ya no vale eso de que hay que hacer más auditorías, estudios, cálculos y previsiones, hemos pagado más de un millón de euros por ellas, ahora queda sacar la calculadora y contar con los dedos, no vaya a ser que la fusión acabemos pagándola con los euros que nos ha costado reunir veinte años de curro o haya que sacarlos de comisiones, o todo lo contrario, y no haya que estar esperando más a que estos buenos señores, que no son los dueños de las cajas y que necesitan nuestro voto para seguir saliendo en los periódicos, sigan alargando el tema hasta mayo del año que viene, fecha prevista, nada es casualidad, para la celebración de las Elecciones Municipales.