JOSÉ MANUEL PENA/ Actualmente el acoso y la violencia vecinal es una realidad en la constante tensión social que padecemos en nuestra sociedad. Numerosos son los ejemplos de violencia familiar, en la escuela, de género, en el trabajo, a menores, xenófoba…, y la vecinal, esta última es la que genera un mayor número de conflictos entre la población, muchos de ellos sin solución aparente por falta de voluntad de los poderes políticos y de los responsables judiciales, que prefieren una mala sentencia que un buen acuerdo.
Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la generación de conflictos y de violencia, así resulta paradójico que se llegase a un acuerdo tácito de prohibir la publicación de casos sobre suicidios “porque engendran más suicidios” y no obstante la violencia que vemos, escuchamos o leemos a diario, en los diferentes medios de comunicación, es “alarmante y gratuita”. Por eso es muy importante poner límites y reconocer la necesaria labor educativa y divulgativa que realizan Fundaciones, Obras Sociales y entidades sociales como el Seminario gallego de Educación para la Paz que tienen como objetivo la de fomentar la Cultura de la Paz en las aulas y en la sociedad, así como la resolución pacífica de conflictos por medio del diálogo, la mediación y el acuerdo.
Somos conscientes de que es posible vivir sin violencia pero también de que es muy difícil, aunque cada vez somos más los que creemos fundamental la movilización social para poder involucrarnos en la resolución de los conflictos por medio del diálogo, actuando ante comportamientos negativos y agresivos, promoviendo y agradeciendo los comportamientos altruistas y positivos de los demás y desarrollando una conciencia crítica ante todo tipo de violencia. Foros de debate, como el celebrado hace unos días en la capital del Salnés, son cada vez más necesarios para reflexionar y generar soluciones pacíficas a los conflictos vecinales, que son más habituales de lo que creemos y deseamos.