Jintao, quien ordenó el desbloqueó fondos para asistir a las víctimas de la tragedia y ha enviado a la zona más de 5.000 efectivos de rescate adicionales, incluidos soldados y trabajadores médicos, supervisará la asistencia a los más de 5.000 heridos y el reparto de ayuda humanitaria a otros 11.000 que se estiman han perdido sus casas.
Por su parte, el líder espiritual tibetano, Su Santidad el Dalai Lama, pidió permiso ayer a Pekín para poder visitar el lugar y mostrar su solidaridad con las víctimas, una petición que no ha sido respondida aún por el gobierno pero que, en círculos diplomáticos, se cree que es “prácticamente imposible, no sólo que se otorgue sino siquiera que se conteste”.