Quiere ir al centro del mal y ha pedido un visado para ello. El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha solicitado a Estados Unidos un permiso para asistir la semana que viene a la cumbre sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT), según desvelaron fuentes del gobierno Obama.
Ahmadineyad “pretende liderar la delegación iraní” que asistirá al foro, aunque un miembro de la misma en la ONU afirmó que aún no estaba decidido si sería Ahmadineyad o, el ministro de Asuntos Exteriores Manouchehr Mottaki quienes la encabezasen.
La situación tendría gracia si no fuese porque Estados Unidos y otras potencias occidentales acusan a Irán de intentar construir armamento nuclear con el que, se cumpliría uno de los deseos del presidente iraní, “borrar a Israel de la faz de la Tierra”; sin embargo, Teherán, con el que Washington no mantiene relaciones diplomáticas desde 1979, ha afirmado una y otra vez que su programa atómico sólo pretende generar electricidad, algo que sería más creible si Irán no fuese el segundo productor mundial de petróleo.