No ha podido superar una segunda noche a la intemperie a 7.600 metros de altitud en el Annapurna, donde se había quedado tras sufrir un edema cerebral que le impidió alcanzar el campamento de seguridad 500 metros más abajo el pasado 27 de abril. El alpinista mallorquí Tolo Calafat fallecía esta madrugada según confirmaba vía telefónica su compañero Juanito Oiarzabal después de que Calafat dejara de responder a las comunicaciones que mantenía con el campamento vía satélite.
Ni la búsqueda de uno de sus dos sherpas con medicación, oxígeno y una tienda de campaña ni un helicóptero que por primera vez intentaba un rescate a tanta altura han conseguido encontrar al montañero español, que se extravió durante la bajada tras hacer cima. Cuando su sherpa llegó al campamento tras pasar la noche fuera explicó que Calafat se tiró al suelo diciendo que no podía continuar y que subieran a rescatarle.
Oiarzabal, con problemas de congelación, y Carlos Pauner, con ceguera, no consiguieron que ninguno de los dos montañeros que compartían con ellos campamento salieran al rescate de Calafat a pesar de que les llegaron a ofrecer 6.000 euros. Uno de ellos era la alpinista coreana que acababa de convertirse en la primera mujer en coronar los 14 ‘ochomiles’ y que se encontraban cerca del lugar. Sólo el rumano Horia Colibasanu estaba dispuesto a volver a subir en su busca, igual que el médico y alpinista Jorge Egocheaga, que pretendía subir 3.000 metros de una tacada desde el campamento base para acudir al rescate de su compañero.
El cuerpo de Calafat no será rescatado si sus compañeros no consiguen encontrarlo y bajarlo. Abajo lo esperan su viuda y sus dos hijos de 9 y 1 año de edad. Pauner y Oiarzabal han mantenido en todo momento que no bajarían jamás sin su compañero, embarcado en el proyecto 8.000 con el que Pauner pretende escalar los 14 ‘ochomiles’ sin oxígeno. A la ruta, que es una ratonera ya en condiciones normales, se le suma ahora los problemas de salud y cansancio de los montañeros y el mal tiempo, con viento y aludes.