Pasó con el coche por la calle Extremadura y no controló las distancias, por lo que acabó arrancando el espejo retrovisor de uno de los coches que estaba estacionado. Esto provocó una fuerte discusión entre los propietarios de ambos coches que acabó en pelea. Cuando intervino la Policía Local se encontró al conductor ahora detenido, de 51 años, muy agresivo y con claros síntomas de embriaguez. Sin embargo, cuando le piden que se haga la prueba de alcoholemia se niega y se muestra violento, por lo que tuvo que ser reducido para su puesta a disposición judicial.