El obispo de Augsburgo, Walter Mixa, ingresaba ayer en una clínica de Suiza especializada en enfermedades mentales al mismo tiempo que el Papa daba a conocer su decisión de aceptar la dimisión del clérigo por abusos de menores. Sin embargo, fuentes cercanas al obispo aseguran que Mixa estará ingresado durante dos semanas pero para someterse a unas pruebas previas a una operación de rodilla.
Mixa podría ser el primer miembro de la Iglesia Católica que comparece ante un tribunal penal en Alemania si continúan las diligencias abiertas por la Fiscalía de Ingolstadt tras una denuncia contra el obispo por abusos sexuales entre 1996 y 2005. Aunque no ha trascendido la identidad del denunciante, sí que se sabe que los hechos correspondería a la época en que Mixa era obispo de Eichstätt y organizada con jóvenes seminaristas encuentros de fin de semana en el Collegium Willibaldinun, donde presuntamente llevaba a alguno de ellos a su habitación.