Lo que se dice discreto no fue. Agentes de la Policía Nacional que patrullaba por la Avenida de Samil lo encontró por el paseo cargando con un televisor de grandes dimensiones y, cuando se intentaron acercar a él, el hombre se dio la vuelta, dejó el aparato en el suelo y echó a correr.
La policía lo detuvo a pocos metros y comprobaron que un local de hostelería cercano tenía la puerta del almacén forzada, un cristal roto, las máquinas tragaperras, de tabaco y expendedoras también forzadas y que faltaba una televisión de uno de los soportes. Además, el detenido, de 58 años y nacionalidad portuguesa, tenía aparcado en las inmediaciones un vehículo de alquiler que debía haber devuelto hacía varios días y en el que había una cámara de fotos, una de vídeo y dos teléfonos móviles.
El hombre, sin antecedentes, fue detenido por un delito de robo con fuerza y otro de apropiación indebida. Ya ha pasado a disposición judicial.