JOSÉ MANUEL PENA/ Cada año, la Unión Europea invierte más de 10.000 millones de euros en proyectos locales a través del Fondo Social Europeo (FSE) para mejorar las oportunidades de trabajo. Muchos de estos proyectos están específicamente diseñados para ayudar a personas con dificultades para conseguir un empleo, como la gente joven o los trabajadores de mayor edad. Si los solicitantes de empleo están debidamente formados y cualificados, tendrán más posibilidades de encontrar un trabajo de buena calidad. El Fondo Social Europeo es una de las herramientas principales de la Unión Europea par abordar el impacto social de la crisis económica.
El Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG) ayuda directamente a los trabajadores que pierden su empleo a causa de los cambios en el comercio global. En casos como el del cierre de una empresa grande o el traslado de una fábrica a un país fuera de la Unión Europea, o cuando las pérdidas de empleo afectan a todo un sector en una región, el FEAG ayuda a los desempleados a encontrar otro trabajo lo antes posible. Desde 2007, la Unión Europea ha invertido 226 millones de euros para ayudar a más de 41.000 trabajadores en toda Europa, incluidos a muchos afectados por la crisis.
Por otra parte la Europa social pretende crear mejores trabajos. ¿Seguirán siendo útiles los mismos conocimientos adquiridos en el colegio dentro de 10, 20 ó 30 años? Los constantes cambios tecnológicos y sociales requieren que nos adaptemos a las nuevas necesidades. Con la reciente crisis económica, la Unión Europea está redoblando sus esfuerzos para proteger y fomentar el empleo, por ejemplo, en el sector de la energía renovable, donde se estima que se podrían crear 2,8 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos años.