JOSÉ MANUEL PENA/ Unos pensaran que es muy bueno para la democracia interna del partido que haya más de una candidatura para presidir la formación conservadora del Partido Popular de Vilagarcía de Arousa el próximo sábado, mientras que otros verán la campaña mediática y de descalificaciones, promovida por ambos candidatos, como algo negativo para el partido al traspasar los límites del necesario debate ideológico interno.
No debería confundirse lo que es un congreso de un partido político y la elección de su presidente local, que afecta exclusivamente a los afiliados y militantes de esa formación, con la elección del candidato o cabeza de lista para concurrir a las próximas elecciones municipales. No cabe duda de que en ambos casos se pretende participar y regir los asuntos públicos que afectan a la capital de O Salnés, siendo el primero un cargo claramente político e ideológico y el segundo poseedor de una responsabilidad institucional más general que sobrepasa los límites de la mera formación política, persiguiendo el bien común y el interés general de la ciudadanía a la que se pretende representar.
Sin duda alguna estas elecciones internas del Partido Popular de Vilagarcía están creando demasiada expectación: los dos candidatos son personas conocidas, abiertas, trabajadoras y sensatas que pueden trasladar la ilusión a la militancia de una formación que ya lleva muchos años en la oposición. Ahora son los afiliados los que tendrán la última palabra con su voto.