Los datos no son definitivos, pues la información que maneja el gobierno en funciones no es fiable, pero al menos 80 personas han muerto y más de 1.000 están heridas de distinta gravedad tras los enfrentamientos en Kirguistán. El Gobierno interino dio orden a las fuerzas de seguridad de “tirar a matar” si vuelven a reproducirse los disturbios, de origen étnico en su mayoría, en las regiones de Osh y Jalalabad.
Se pretende, según el ejecutivo kirguís, hacer respetar el toque de queda impuesto hace dos días, proteger a los civiles y facilitar a los militares y policías su propia defensa. El decreto fue aprobado ayer a última hora por el Consejo de Ministros y estará en vigor mientras no se levante el estado de emergencia.