Lo hizo por celos. Los 9 golpes en la cara con un adoquín de cemento, aunque el acusado sólo recuerda haber dado uno durante un forcejeo en una discusión. El acusado de matar a su pareja hace dos años tras golpearla con un bloque de cemento ha declarado que iniciaron la pelea porque sospechaba que le estaba siendo infiel con un compañero de trabajo, ya que ya le había “traicionado” cuando vivían en Brasil.
Durante la discusión, según el acusado, ella cogió el adoquín para amenazarlo porque no le dejaba salir de la habitación en la que estaban y, al intentar sujetar él el bloque de cemento, hizo fuerza hacia delante y la golpeó. Sin embargo, los agentes que lo detuvieron declararon en el juicio con jurado popular que arrancó hoy en Vigo que encontraron al hombre horas más tarde en una pizzería de San Miguel de Oia, descalzo y con las manos y la ropa llena de sangre.
Además, las vecinas de la pareja aseguraron que la hija salió de casa a pedir ayuda porque su padre había matado a su madre, a la que el detenido niega haber maltratado. Un detalle que choca frontalmente con la declaración de la hermana de la fallecida, que aseguró ante el juez que vivía con miedo porque era muy celoso y que la insultaba y maltrataba psicológicamente.
Ahora, mientras el fiscal pide 20 años de cárcel por asesinato y 120.000 euros para la hija de la mujer, la defensa se escuda en el arrebato, la confesión, una posible intoxicación etílica y la insolvencia del hombre para pedir tan sólo 6 años de prisión sin indemnizaciones.