La nueva norma entrará en vigor el próximo septiembre tras los trámites legislativos pertinentes, pero los que conducen por Pontevedra tendrán que empezar a acostumbrarse a quitar el pedal del acelerador en todas las vías urbanas y circular como máximo a 30 kilómetros por hora. Una modificación en las ordenanzas municipales que convierten a la ciudad en la primera de España en limitar la velocidad en zonas urbanas.
No es una medida nueva en la ciudad, ya que el 70 por ciento de los tramos urbanos de Pontevedra ya están limitados a 30 kilómetros por hora, mientras que el 30% restante lo están a 50 kilómetros. En las que falta por adaptar, el Concello las adaptará a la nueva normativa con zonas elevadas, el estrechamiento de las carreteras ampliando aceras, colocará las señales e implantará los planes de tráfico precisos.