Su función: vigilar y disuadir a los que se les pase por la cabeza provocar algún incendio o incumpla alguna de las normas marcadas para evitarlos. A partir del 1 de julio y hasta el 30 de septiembre, 23 patrullas del Ejército llegarán a Galicia para prevenir los fuegos en la época de máximo riesgo, aunque podrían desplegarse hasta 75 patrullas terrestres en caso de muy alto riesgo. También podría intervenir la Unidad Militar de Emergencia en las labores de extinción en caso de una situación de incendios generalizados, como la que se dio en 2006.
La financiación correrá a cargo de la Xunta, que invertirá más de 630.000 euros en el reconocimiento, despliegue, actividad operativa y relevos de las patrullas, además de hacerse cargo de los gastos derivados de una situación de riesgo alto o muy alto.