Prescindiendo del ‘jogo bonito’ y cerrando filas para amarrar el partido si llegado el caso se necesita. Paco Herrera llega al Celta con una idea en la cabeza, ganar, y para ello adaptará el equipo a las circunstancias que cada partido demande. No quiere hacer promesas a unos hinchas que tiene todas sus esperanzas puestas en él pero va a pelear por conseguir ese ansiado ascenso, porque “lo único importante es el Celta. Lo único insustituible son el Celta y su afición, eso está por encima de todo”.
Una de las formas de reforzar el equipo pasará por la delantera, con dos o tres nuevas incorporaciones, aunque en el resto de puestos prefiere probar dar una oportunidad a la cantera. Sin un esquema de juego fijo, quiere contar con una plantilla de unos 20 jugadores más dos porteros para amoldarse a las necesidades de cada partido. Y a la vuelta de vacaciones, el próximo 19 de julio, la puesta a punto se completará jugando unos 10 partidos amistosos.
El Celta arrancará la pretemporada de nuevo en el complejo deportivo Monteprado, en Melgaço, donde pasará unos diez días y disputará los primeros amistosos del verano.