Aunque hay monolitos dedicados al mejor tanguista de la historia en varias ciudades del Estado, sólo una, Vigo, tiene un busto dedicado al cantante que, curiosamente, había nacido en Toulouse (Francia). Precisamente ante ese busto, por la mañana, antes del tradicional concierto que se celebra cada mes de junio en Caixanova, el alcalde y el cónsul general de Argentina, depositaron hoy una corina de flores para recordar a Carlos Gardel cuando se cumplen 75 años de su muerte.
Poesía, las estrofas el ’Mi Buenos Aires querido’ y el recuerdo de que el mito compró gomina en una tienda de la ciudad, en diciembre de 1923, antes de coger el tren que le llevó a Madrid para debutar en España y conocer al Nobel Jacinto Benavente o a un adolescente Rafael Alberti, acompañaron el homenaje en el parque que lleva el nombre de la estrella, como no, en la Avenida Buenos Aires.
Carlos Gardel, falleció el 24 de junio de 1935 en un accidente de aviación en Medellín (Colombia) ciudad a la que le había llevado una gira con la que recorría toda Latinoamérica. Desde 1936 sus restos reposan en el cementerio bonaerense de Chacarita, bajo una estatua del cantante en la que nunca falta un cigarro encendido. Al mismo tiempo que hoy se le recuerda en Vigo, el Museo Gardel, situado en la casa del barrio de Abasto, en Buenos Aires, donde el artista vivió con su madre, Berta Gardés, será escenario de un recital de tangos que culmina una exposición que conmemora la vida del artista que este 2010 habría cumplido 120 años y al que le sobraron 35 para alcanzar la inmortalidad.
