De dictadura en dictadura así han ido los guineanos durante él último medio siglo. Desde que se independizaron de Francia en 1958 han pasado por purgas y matanzas constantes, desde al del primer sátrapa que se hiciera con el poder, Ahmed Sekou Toure, que ordenó el asesinato de decenas de miles de opositores, hasta el capitán Musa Dadis Camara, que mandó disparar contra los participantes en una manifestación causando más de 160 muertos, antes de recibir un tiro en la cabeza que, aunque no lo mató, le obligó a dejar el país y exiliarse a Burkina Fasso.
Hoy cuatro millones de guineanos acuden a las urnas para elegir a su nuevo presidente en las primeras elecciones consideradas libres y transparentes. Dos son los candidatos: el líder de la Agrupación del Pueblo de Guinea (RPG), Alpha Conde, que tiene se segunda oportunidad para alcanzar la Presidencia. Conde se ha enfrentado a los tres principales regímenes que han dominado la historia del país. Fue condenado a muerte por Touré quien le arrebató, fraudulentamente la victoria en los comicios de 1993 y después le encarceló durante cinco años. hasta que la sentencia quedó suspendida por el fallecimiento del presidente.
Su principal rival es el presidente de la Unión de las Fuerzas Democráticas de Guinea (UFDG) Cellou Dalein Diallo, quien se opuso a Camara desde el principio. Como tantos candidatos, Diallo ejerció como primer ministro de Lansana Conté hasta su cese en 2006 por “negligencia flagrante”. Sus críticos le acusan de apropiación de fondos públicos.
Aunque los observadores internacionales garantizan que estas elecciones serán absolutamente limpias, el panorama se ensombrece por las manifestaciones del jefe provisional de la Junta Militar, el general Sekouba ‘El Tigre’ Konate, actual hombre fuerte del país, quien ha advertido de que cualquiera que se oponga a los resultados de los comicios de hoy será “aplastado“. Algo que no sólo puede retraer a los votantes, sino que es difícil que se cumpla vista la gestión de Konate al frente del Ejército, ya que no ha podido evitar graves enfrentamientos durante la campaña, refriegas en las que más de 20 personas han resultado heridas de gravedad en diferentes partes de Guinea.