É a segunda vítima de hoxe nas estradas de Galicia
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JOSÉ MANUEL PENA/ Por desgracia hay ‘tradiciones’ que nunca se pierden. En la actualidad aún se sigue trasladando al exterior una imagen distorsionada de la mayoría de los pueblos y las gentes de ambos márgenes de la Ría de Arousa por culpa de ciertos clanes mafiosos. El narcotráfico, que algunos pensamos que estaba de capa caída y casi olvidado, resurge con fuerza como lo demuestran las manifestaciones de los miembros de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico así como las últimas operaciones judiciales y detenciones de presuntos narcos de las comarcas de O Salnés y O Barbanza.
Si los terroristas atentan contra la vida de las personas no son menos los narcotraficantes que atentaron, y continúan haciéndolo, contra la vida de inocentes, llevando la desgracia y el dolor a muchas decenas de familias arousanas. ¿Acaso a estos individuos, sin escrúpulos, les compensa los suntuosos ingresos que obtienen, por esas prácticas ilegales, a costa de la vida de infinidad de jóvenes que dejan este mundo en lo mejor de su existencia o, con un poco de suerte, quedan incapacitados para el resto de sus vidas, deambulando por las calles de nuestros pueblos y ciudades?
Las personas de bien, la gente de a pie, los vecinos honrados y humildes así como los responsables públicos deberíamos manifestar nuestro más enérgico rechazo contra este tipo de prácticas, aislando a estos personajes, deplorando sus actitudes y nunca acogerlos en nuestros hogares, ni frecuentar sus mansiones, locales comerciales o negocios de cualquier tipo que utilizan para el blanqueo de dinero, indirectamente estamos justificando sus acciones criminales que llevaron a centenares de jóvenes y sus familias al sufrimiento y al olvido social.