El año pasado 335.000 niños se sometieron a tratamiento contra el SIDA, una atención que ha aumentado desde los 276.000 a los que se llegaron las medicinas en 2008. Sin embargo, pese a reconocer que es una buena noticia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que sería posible salvar a muchos más si se comenzase antes con los tratamientos.
El mayor problema sigue estando entre los menores de 1 año, ya que, debido a la dificultad para ser diagnosticados debido a la falta de los test para ello, tarda en aplicarse el remedio que necesitan, por ello la ONU ha incidido que es imperioso que los diagnósticos a los pequeños se haga antes del mes y medio de vida. Ello evitaría las altísimas tasas de mortalidad: se estima en el 25% morirá antes de cumplir un año y la mitad antes de cumplir dos. Ello significa que de cada 1.000 niños con SIDA, sólo sobrevivirán 250.
Según las estadísticas de la OMS, 400.000 niños enferman de SIDA anualmente por la transmisión de madre a hijo, una tragedia que podría reducirse “muy notablemente” si las mujeres con la enfermedad recibiesen antirretrovirales durante el embarazo, el parto e incluso la lactancia.