Llevan 23 años al pie del cañón, pero es realmente ahora cuando empiezan a notarse el toque femenino: esta será la tercera vendimia con la enóloga australiana Josephine Perry cambiando “cien pequeños detalles” que ha llevado a la bodega Viña Nora, con D.O. Rías Baixas, a profesionalizarse cien por cien con la vista puesta en el mercado internacional.
Ella incluso se ha llevado 7 cepas de la bodega para el viñedo particular que tiene en Margaret River, al sur de Australia, aunque habrá que esperar al menos 10 años para saber si este albariño se da en la tierra, los dos de cuarentena en que pone todo lo que entra de fuera el gobierno australiano más al menos los 7 que tarda en dar una cosecha decente.
Una internacionalización que no sólo llega de la mano de una experimentada enóloga a sus 31 años: el 80 por ciento de lo que producen, unas 170.000 botellas, va destinado a Estados Unidos donde este grupo de 9 bodegas y una quesería tiene su propia distribuidora, Aviva Import.
Un mercado exigente al que ha accedido trabajando el producto de manera especial: los importadores quieren que las etiquetas lleven impreso su nombre y que el de la marca aparezca de forma llamativa. En botella transparente, no la verdosa a la que nosotros estamos habituados, que vaya en caja de 12 y que el corcho sea sintético. Llegar a destino le lleva un mes de viaje en barco que, sorprendentemente, no sale desde Vigo, sino desde Bilbao, Barcelona o Valencia.
Aunque no son los únicos importadores: la marca se ha ‘colado’ en países como Inglaterra, Alemania, Kazajistán o China con sus tres gamas, Val de Nora, Nora y Nora da Neve, a entre 5 y 15 euros la botella, respectivamente. La variedad de gama alta es un vino selecto fermentado en barrica de roble francés y del que el año pasado se embotellaron 15.000 litros.
Con vistas al río Miño, las 14 hectáreas del viñedo podrán estar listas para la vendimia la segunda semana de septiembre. Para entonces, a la joven plantilla de 8 personas que hay en la bodega (su gerente, Sergio Alen, tiene 30 años) se le sumará una subcontrata de 50 trabajadores para recoger la uva más otros 5 que echen una mano en el resto del proceso.
Por el momento ya llevan 10 manos de sulfato en la que se prevé una muy buena cosecha, con una calidad y cantidad semejante a la de 2006. Habrá que esperar un poco para degustar estos caldos. Los expertos dicen que son exquisitos. ¿Aún no los has probado?