Acaba de terminar el round 1. Nueva York, sede de la ONU, ha sido el escenario donde se ha llevado a cabo la primera ronda de negociaciones del Tratado sobre Comercio de Armas y, cómo no, un vigués ha sido uno de los principales mediadores: Alberto Estévez, portavoz de Amnistía Internacional en Galicia, que ha trabajado durante las dos últimas semanas como coordinador del lobby de la delegación internacional de AI en la Organización de las Naciones Unidas.
Con la mitad del tiempo de negociación consumido, los negociadores han presentado un proyecto con varios principios que debe acoger el futuro tratado, como la prohibición de los suministros internacionales de armas a los responsables de graves violaciones de derechos humanos o a lugares en los que exista peligro de que agraven la pobreza y se aviven los conflictos, así como suministrar armas cuando se puede contribuir a conflictos armados, a crímenes de guerra, a la delincuencia organizada o al terrorismo. Un tratado que consideran que debe ser “a prueba de balas“, especialmente tras “la falta de transparencia de la ONU” en todo este proceso.
Los negociadores quieren un tratado en el que se incluyan todo tipo de armas, desde las de pequeño calibre hasta helicópteros o tanques, así como municiones y componentes. Y lo hacen en medio de la polémica porque algunas de las reuniones más relevantes han estado cerradas a las organizaciones no gubernamentales tras una decisión inesperada del presidente de la ONU.