Ello ha llevado a que los grupos mayoritarios, Convergencia i Unió y el Partir dels Socialistas de Catalunya (PSC-PSOE) hayan dejado libertad de voto a sus diputados, lo único que podría evitar que Cataluña acabe con una suerte que lleva practicándose allí desde el siglo XV. Para salvar los toros hacían falta 51 votos de los 68 en los que está la mayoría absoluta, algo que no se ha producido puesto que han dado su apoyo a la abolición los 21 parlementarios de Esquerra Republicana (ERC), 12 de Iniciativa per Catalunya, 34 de Convergencia i Unió y 3 del PSC. En el lado contrario, se decantaron por su mantenimiento los 14 del PP y 3 del grupo mixto, 5 de CiU y 31 del Partit dels Socialistes de Catalunya, incluído el propio president Montilla.
La expectación sobre esta decisión ha sido tanta, que se han acreditado medios de países como Japón, Rusia o los Estados Unidos, además de la mayoría de las cadenas de radio, televisión, prensa escrita y periódicos digitales del Estado.