BEA MUÑIZ/ FOTO: DAVID CEGARRA Una vez más, el Rey nos ha deleitado con una visión muy particular del mundo donde los pequeños detalles cotidianos suponen grandes reflexiones. Este mago del monólogo consigue que todos nos sintamos identificados con su universo y que el tiempo pase a una velocidad de vértigo.
Esta noche ha hecho de la Plaza de la Constitución un mar de gente pendiente de sus anécdotas. Todas las entradas estaban abarrotadas y las personas que iban llegando debían ingeniárselas y surcar las pequeñas calles de la zona para poder presenciarlo..
Con su monólogo convenció a un fiel público que esperaba sus más divertidas bromas. Y llegaron una tras otra, desde la alusión a las tapas de los retretes y su mal uso hasta las grandes frases que todas las madres pronuncian alguna vez.
Llegó, habló y venció, tanto que el propio Rey de las cosas pequeñas convirtió en diminuta la plaza hasta que no cupo nadie más.