Entre finales de 2007 y diciembre de 2009, el número de jóvenes en desempleo ha crecido en 7,8 millones de personas, un aumento muy superior a la media anual de 191.000 que se registró durante la década anterior. Estas perspectivas han llevado al director general de la agencia de Naciones Unidas para el Trabajo a aconsejar a los gobiernos de los países ricos y pobres que se centren en la educación y la formación de los jóvenes para quebrar esa tendencia.
“La incapacidad para encontrar empleo genera un sentido de inutilidad e inactividad entre los jóvenes, que puede desembocar en un aumento del crimen, los problemas psicológicos, la violencia, los conflictos y el consumo de drogas”, advierte el informe “Tendencias globales de Empleo Juvenil para 2010″..
El mismo estudio prevé que el desempleo juvenil continúe creciendo durante 2011, a pesar de la esperada recuperación económica. Las peores situaciones se producirán en los países en desarrollo, donde vive la gran mayoría de la población joven del planeta y donde los efectos del paro serán más dramáticos.