VERÓNICA LÓPEZ/ Tras semanas de estudio por parte de la concejalía de Tráfico. Los técnicos del departamento dirigido por Xulio Calviño decidirán a finales de este otoño si la glorieta de Islas Baleares junto con la instalada en la intersección con las calles Tarragona y Baixada do Castaño se mantienen de forma definitiva.
“Es preciso realizar un último test para estar completamente seguros de que podemos dar el visto buenos para estas dos nuevas infraestructuras” y para ello, en el caso de la glorieta de la calle Tarragona, se medirá y estudiará cómo funciona la nueva reestructuración en otoño e invierno, meses en los que la enorme atracción del centro comercial Gran Vía puede dar lugar a alguna retención en la zona que va hasta la Praza de América. Sin embargo, las primeras previsiones apuntan a que ningún atasco será excesivo y que las molestias serán compensadas por las “mejoras aportadas”.
Muchos accidentes
La concejalía de Tráfico decidió acometer esta reestructuración por el alto índice de accidentes que se produce en Gran Vía por la gran confluencia de tráfico que soporta diariamente. Con ella se pretende mejorar la seguridad vial y reducir la siniestralidad; ganar fluidez en la entrada y salida del centro comercial; y dar una mayor flexibilidad, capacidad y facilitar los accesos a Povisa.
Por el momento los resultados están siendo muy positivos, ya que no ha habido ningún accidente en el que haya tenido que intervenir atestados. Ahora la principal preocupación de tráfico radica en el proceso de adaptación de los conductores, para lo que han dotado a la zona de una señalización en la que se advierte la entrada a estas rotondas experimentales.
Los semáforos se mantendrán para garantizar la seguridad de los peatones. Y además, en otoño, se cambiará el sentido de la circulación en la calle Sevilla.