Da igual que los resultados no hayan acompañado en la pretemporada. Los celtistas tienen hambre de buen fútbol, así que no han dudado en pasarse por las oficinas de abonados de Balaídos para renovar y dar de alta los abonos de cara a la nueva temporada que arranca este sábado en casa delante de uno de los grandes, el Barcelona B.
Largas colas desde los bajos de la grada de Tribuna hasta la entrada del Museo del Club, en la grada de Gol. Todo por la ilusión de una afición que quiere ver debutar a su equipo contra un rival complicado y contra el que una victoria significaría un soplo de esperanza para los celtistas, que llevan cuatro años rezando para que su club ascienda a Primera División.