BEATRIZ MUÑIZ/ La protesta más curiosa, esta tarde en la Plaza de la Constitución de Vigo. En un día tan poco apacible en lo que a meteorología se refiere, multitud de personas se dieron cita ni más ni menos que para colocar en plena plaza sus toallas de playa extendidas en el suelo.
De ese modo, la Grupo El Imán (Grupo de Autoapoyo para enfermos de VIH y todo tipo de adicciones) hace una llamada de atención sobre la necesidad de defender un techo digno para los enfermos. El Imán exige cada año la creación de un albergue digno para ubicar a todas aquellas personas que tengan problemas de adicciones patológicas y VIH. Y muchos de los enfermos estaban allí presentes para unir todas sus fuerzas y expresar su indignación.
Su queja es simple: les han prometido en muchas ocasiones reubicar a estas personas en algún albergue que responda a sus necesidades; sin embargo, las administraciones no responden y el proyecto no avanza y todo se queda en promesas.
Precisan de un lugar con capacidad para 50 o 60 camas, comedor, sala para actividades sociales y todo ello 24 horas al día. No parece tanto capricho si se tiene en cuenta que multitud de instalaciones ya existentes en Vigo serían perfectas para llevar a cabo esta labor social. Estos lugares ya habilitados son la antigua Escuela de Hostelería, el antiguo Hospital de la Cruz Roja, el actual albergue de las Misioneras del Silencio o el más idóneo el edificio de la Gota de Leche.
Se espera que con tanta infraestructura sin plan de futuro ni actividad actual puedan responder esta vez con una noticia positiva para estos enfermos. Mientras tanto, seguirán extendiendo sus toallas para que les escuchen.