El calor humano tendrá más utilidad que la de amargarnos las mañanas si tienes que coger el metro para trabajar… al menos en París. Cada persona emite unos 100 watios que, combinados con el calor que generan los trenes en el subsuelo hace que en el metro siempre se esté entre los 14 y los 20 grados. Ahora, los constructores quieren aprovechar estas calorías para dar calefacción a un edificio cercano al museo Pompidou que está siendo reformado de manera ecológica.
Basado en la tecnología geotérmica, se trataría de extraer el calor y moverlo a través de máquinas especializadas que darían calor en un principio a los 17 apartamentos que figuran dentro de este proyecto experimental, que estará licitado antes de que acabe el año y con las obras en marcha en 2011. Las pegas: hay que buscar la manera de reducir las emisiones de dióxido de carbono un tercio y es costoso porque es necesario construir pasajes que permitan la circulación del calor desde el metro a los edificios.