Una furgoneta naranja haciendo zig-zag por una plaza vacía, un policía ruso y una orden de alto que no acaba de producirse. ¿Por qué? Porque dentro de la furgoneta no hay conductor. Se trata de un vehículo autónomo que ha sido desarrollado por el Laboratorio de Visión Artificial y Sistemas Inteligentes de la Universidad de Parma que es capaz de conducir sin necesidad de llevar a una persona dentro gracias a los ordenadores, cámaras y sensores que lleva.
Y es que estaba en plenas pruebas: tres meses de viaje para realizar los 13.000 kilómetros que separan Parma de Shangai, a donde llegará justo a tiempo para la Expo Mundial de China. Como cuenta el blog ‘Ciencia, explicada‘, se trata de ajustar los sistemas de navegación que utiliza con una prueba en vivo y en directo. Pero como no conduce sólo sino que necesita un mapa aproximado de la ruta completa y en Mongolia y Kazajistán hay zonas ‘oscuras’, en lugar de una furgoneta se han ido de viaje dos en caravana: una con mapas y GPS que se maneja sola pero en la que un humano lleva el control la mayoría del tiempo y una segunda que sigue visualmente a la primera.
Va cargado con 7 cámaras, 4 escáners láser, GPS y un sistema inercial y tres ordenadores (uno para procesado de imágenes y datos del frontal, otro para laterales y un tercero para integrar los datos y planificar la ruta), todos cargados gracias a placas solares. Y con ella viaja un convoy de 20 investigadores en 4 furgonetas y 6 camiones de soporte técnico.
Son precisamente los datos que almacenan (calculan que acabarán con unos 100 teras) lo que les está dando algún que otro quebradero de cabeza: en Rusia les obligaron a tener acceso a cada paquete de datos enviado vía satélite. Ahora están en Siberia… aún les queda mucho camino.